¿como suelen terminar los juicios por incapacidad permanente?

Lamentablemente, son muchas las resoluciones en las que el INSS deniega en vía administrativa una incapacidad permanente. Y en muchas de esas ocasiones lo hacen a personas que si tienen una situación claramente incapacitante, lo que les lleva a iniciar un proceso judicial, pues a pesar de tener que presentar ante dicho organismo una reclamación previa, son prácticamente nulas las ocasiones en que estas son atendidas.

Estos motivos, nos llevan a tener que acudir a los Juzgados de lo Social para ver atendidos nuestros derechos y en muchas ocasiones esto termina con el reconocimiento de una incapacidad permanente al trabajador y la consiguiente condena al INSS.

¿Que grados de incapacidad existen?

Cuando llegamos a un Juzgado con un procedimiento por incapacidad, generalmente buscamos una incapacidad permanente bien el grado de absoluta o bien en grado de total.

Cuando hablamos de incapacidad permanente absoluta estamos buscando el reconocimiento de que nuestra situación física no nos permite realizar ningún tipo de actividad laboral. Por contra cuando hablamos de incapacidad permanente total, lo que buscamos es un reconocimiento de la imposibilidad de realizar nuestra profesión habitual. Generalmente en las demandas solicitamos una incapacidad permanente absoluta, y subsidiariamente, una incapacidad permanente total, por si el Juzgador estima que nuestras limitaciones si nos permiten mantenernos en el mercado laboral realizando otra profesión distinta a la nuestra.

Son escasas las demandas en las que se solicita una incapacidad permanente parcial y una gran invalidez.

En nuestro caso una buena parte de los asuntos que defendemos se deben a fibromialgia o fatiga crónica, lo que nos obliga a tener que demostrar las limitaciones que dicha patología nos produce. Aún no nos hemos encontrado ningún asunto en el que una persona tenga una fibromialgia primaria, siendo siempre cuadros más complejos los que suelen encontrarse.

En estos casos evidentemente cuando más penoso sea el trabajo que realizamos, más posibilidades tenemos de obtener una incapacidad. Por lo tanto, las profesiones sedentarias lo tienen siempre un poco más dificil a la hora de conseguir una incapacidad. Las afectaciones de columna suelen ser las que de una forma más evidente permiten justificar una incapacidad, a lo que hay que sumar el plus de dolor y incapacidad que aportan tanto la fibromialgia como la fatiga crónica.

Esto no quita para que podamos encontrar reconocimientos de incapacidad en todo tipo de profesiones.

Evidentemente es mucho más habitual obtener una incapacidad permanente total que una absoluta. Pero este dato se modifica cuando estamos ante profesiones sedentarias, como pueden ser administrativos, en los que el plus que tienen en la dificultad de obtener una incapacidad, hace que sea más habitual obtener una incapacidad absoluta que total. Es evidente que si llevamos al convencimiento del juez la incapacidad de una persona que realiza un trabajo sedentario, no se le ocurran a este muchas profesiones que puedan ser realizadas con menos requerimientos físicos.